martes, 23 de julio de 2013

Mykonos.... para perderse en ella

Quisiera llevarte a una pequeña isla de Grecia, blanca y soleada, inmersa en las turquesas aguas del mar Egeo, perteneciente al archipiélago de las islas Cícladas, llamada Mykonos. Según la mitología griega, fue nombrada así por el héroe Mykono. Siendo considerada la isla de la luz, pues aquel del que tomó su nombre era hijo del luminoso Apolo.
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Podemos llegar hasta ella en avión desde Atenas, por ferry regular diario desde el Pireo y otra fórmula es el Hidrofoil, pero nosotros lo haremos sin coste alguno a través de algunas imágenes inconfundibles que quedaron guardadas en mi retina cuando estuve en ella y un poco de imaginación partiendo a pie desde el puerto pesquero de su capital, la ciudad de Chora, ya que contamos con la ventaja de que al ser tan pequeña las distancias son muy cortas.
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No te hará falta caminar muchos metros para descubrir que la belleza y la magia, a la que debe su fama y que perdidamente te enamora, reside conforme nos vamos adentrando, en sus callejuelas estrechas, angostas, adoquinadas que se entrecruzan desordenadamente formando una especie de laberinto, que se extiende hacia la llanura. Las calles estan plagadas de diminutas iglesias, tiendecitas, bares, pubs, restaurantes, galerías de arte y casitas cúbicas muy pintorescas, todas ellas encaladas con sus puertas y ventanas pintadas de azul ultramar, rojo cadmio o azul ceruleo y adornadas por buganvillas de diferentes colores que cuelgan de sus balcones.
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Vamos hacia la parte más baja del pueblo, a uno de los lugares más románticos de la isla Mykonos, el barrio de la Pequeña Venecia. Son típicas sus viejas casas elegantes situadas en el borde del mar con preciosos balcones de madera y pórticos asomados hacia él. Hagamos aquí una parada sentados en las escaleras de madera sintiendo las agitadas olas del mar chocar por debajo mientras bebemos algún cocktel refrescante y te cuento que el atractivo de este lugar y sus maravillosas puestas de sol lo convierten en el sitio predilecto de muchos artistas y fotógrafos. Actualmente, se han convertido en los más curiosos bares de copas de la isla.
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Retomando el paseo bordeando la orilla y hacia arriba, se pueden ver en el horizonte sobre una gran plaza mirador, los blancos molinos de viento. Aunque podríamos divisarlos desde cualquier punto donde nos encontremos. Se utilizaron para moler los productos agrícolas y en total había 16 molinos operativos actualmente en desuso, aunque alguno puede visitarse como museo.
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Se dice que en Mykonos el legendario Hércules mató a los gigantes, cuyos cuerpos petrificados formaron las rocas de la isla. En otra versión del mito, es el mismísimo Poseidón quien levanta las rocas que la forman. Yo pienso, al igual que Don Quijote, que dichos molinos de viento son protectores Gigantes que luchan contra viento que azota fuerte a la isla con frecuencia.
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Nuestro paseo está llegando a su fin, volvemos al punto de partida de nuestra visita, el pintoresco puerto lleno de barquitas y marineros que pueden llevarte a todos los rincones de la costa, así como a las vecinas islas y a la cercana Delos, donde se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Grecia.
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Pero no podemos irnos sin antes despedirnos del pelícano Petros, la mascota de la isla. Es muy fácil dar con él en cualquier bar del puerto buscando una buena pieza fresca de pescado. La leyenda cuenta que un pescador de Mykonos tropezó con un pelícano herido y se hizo cargo de él. Tras recuperarse, lo puso en libertad. Pero el pelícano decidió quedarse en la isla. Cuando murió en 1986, Mykonos se puso de luto y Jackie Kennedy Onassis regaló otro pelícano a la isla, Irene. El parque zoológico de Hamburgo donó también otro llamado Petros II. Hace algunos años, otro pelícano resultó herido y fue recogido y cuidado por la población local. Lo llamaron Nikolas. Así que no hay uno, ¡¡sino tres pelícanos que se pueden ver por la isla!!
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Cierra los ojos unos segundos y vuelve a respirar hondo mientras poco a poco vamos regresando…

¿Qué te ha parecido el ejercicio? ¿Has olvidado el frío? ¿Ha sido un sueño o pura ilusión?

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