Para la base:
- 160 g de galletas tipo Digestive
- 3 cucharadas de azúcar moreno
- 80 g de mantequilla
Para el relleno:
- 800 g de queso tipo Philadelphia
- 160 g de azúcar blanco
- 3 cucharadas de harina
- 4 huevos M
- 65 ml de nata de montar
- 60ml de Baileys (ya lo repetiré echando bastante más y os cuento... jejeje)
Para el ganaché de Baileys
- 165g de chocolate negro bien troceado
- 135ml nata de montar
- 35g de mantequilla sin sal, troceada
- 60mls de Baileys
Empezamos preparando el ganache.
Colocamos el chocolate en un bol
resistente al calor.
En un cazo, calentamos la nata hasta
que empiece a hervir. La echamos sobre el chocolate y removemos bien hasta que
la mezcla sea homogénea y el chocolate esté totalmente derretido. Incorporamos
la mantequilla y el Baileys y removemos bien hasta que la mezcla sea homogénea.
Cubrimos el bol con film y dejamos templar hasta el momento de usarla.
Precalentamos el horno a 180°.
Engrasamos el molde de 18 cms desmontable con un poco de mantequilla o spray
desmoldante.
Ponemos a fundir la mantequilla. Una
vez fundida, la retiramos del fuego.
Trituramos las galletas, las mezclamos
con el azúcar moreno y añadimos todo a la mantequilla. Mezclamos bien. Cubrimos
la base del molde con la masa y lo metemos a la nevera para que endurezca.
Mientras se enfría, preparamos el
relleno.
Batimos a velocidad BAJA el queso con
el azúcar blanco y la harina hasta que la mezcla sea homogénea. Incorporamos los
huevos, uno a uno. Finalmente, añadimos la nata mezclada con el Baileys, y
batimos de nuevo, siempre LENTAMENTE hasta que estén bien integrados.
Sacamos la base de la nevera y la
rellenamos con la masa de queso.
Horneamos la tarta durante 15 minutos a
180° y después bajamos la temperatura a 120° y continuamos horneando, al menos,
60 -70 minutos, o hasta que toda la superficie haya cuajado y sólo quede el
centro un poco húmedo.
Dejamos que la tarta enfríe a
temperatura ambiente después la metemos al frigorífico un par de horas (mínimo)
para que logre la consistencia adecuada.
Importante no meter la tarta caliente a
la nevera o corréis el riesgo de que se raje por arriba.
Bueno, que total da igual porque nos la
vamos a comer sí o sí y encima lo taparemos con el ganaché, pero que el que
avisa no es traidor ;)
Decoramos la tarta con la
espátula.
Es mejor sacarla de la nevera una media
hora antes de servirla para que regrese a temperatura ambiente :)
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